jueves, 9 de diciembre de 2010
El Nobel que lloró y que hizo llorar
Elogio de la lectura y la ficción
La semana sueca del premio Nobel: Mario Vargas Llosa
"Aprendí a leer a los cinco años, en la clase del hermano Justiniano, en el Colegio de la Salle, en Cochabamba (Bolivia). Es la cosa más importante que me ha pasado en la vida. Casi setenta años después recuerdo con nitidez cómo esa magia, traducir las palabras de los libros en imágenes, enriqueció mi vida, rompiendo las barreras del tiempo y del espacio y permitiéndome viajar con el capitán Nemo veinte mil leguas de viaje submarino, luchar junto a d'Artagnan, Athos, Portos y Aramís contra las intrigas que amenazan a la Reina en los tiempos del sinuoso Richelieu, o arrastrarme por las entrañas de París, convertido en Jean Valjean, con el cuerpo inerte de Marius a cuestas..."
Así comienza el discurso del Nobel en la Academia sueca que quebró su voz.
Si quieres leerlo íntegro, pídelo en la Biblioteca. Te emocionará.
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